Almaciga
Vivimos en un momento de evolución-regresión, en la actualidad debido a la explotación excesiva de los recursos. Hay una cierta necesidad de encontrarse de frente con la identidad rural, en busca de la autenticidad de las cosas, de aquello que nos hace sentir vivos y en contacto con la naturaleza. Con esa tercera generación que nos precede. Entrar en contacto con esa gente que proviene de la cultura campesina que por ser oral y no haber sido escrita, no deja de ser cultura esencial e imprescindible pero que desgraciadamente por nuestra carrera desenfrenada hacia no sabemos qué modernidad, está en franco peligro de extinción. Y desde ahí buscar la poesía que existe en todas las cosas, dignificar la grandeza de la sencillez y de lo más humano del ser. Lo admirable de un espíritu está en recibir una emoción e interpretarla de muchas maneras, todas distintas y contrarias. Hay que interpretar siempre escanciando nuestra alma sobre las cosas, viendo un algo espiritual donde no existe, dando a las formas el encanto de nuestros sentimientos, es necesario ver por las plazas solitarias a las almas antiguas que pasaron por ellas, es imprescindible ser uno y ser mil para sentir las cosas en todos sus matices… La diversidad de personajes manifiesta esa riqueza adusta y sincera que esconde con timidez, sin darle importancia la gente del campo. Tomamos pues este impulso social para abordar un movimiento común, cotidiano que se exprese lleno de contenidos y que transforme a la comunidad.