Lleva al público a un lugar especial, como si un espeleólogo, con su linterna inesperadamente encendida, llevara la luz a un mundo extraño. En la falda de un volcán activo, la lava se desliza. Sus antiguos habitantes, devorados por el magma y petrificados, forman ahora los relieves del paisaje. Se puede ver un coro sudoroso formado por los viudos que comparte el recuerdo.