La fraternidad es un laberinto construido desde pequeños, sin escapatoria, una unión definitiva.

Sanguínea o surgida por mor de la propia vida, la familia completa al individuo. Pero entonces… ¿cómo actuar cuando se nos ha arrebatado el hermano o la hermana? Cuando la cárcel, el accidente de coche o la enfermedad nos producen un vacío imposible de llenar, ¿cómo se mantiene vivo ese NOSOTROS que nos es nuestro?

Dos actores. Dos hermanos. Y siete historias llevadas al teatro.