La Gloria es un ritual de iniciación para explorar el concepto de vulnerabilidad, entendido como lugar de resistencia donde reside la potencia de la manifestación personal. Un viaje catártico, una sacudida “monstruosa”, un acto revolucionario, una manifestación con batucada y una celebración. Un estado donde la intérprete se percibe como ser efímero y finito, y establece su conexión con la belleza.

Los cuerpos vulnerables son cuerpos más honestos al exigir que se les reconozcan vulnerables, y es ahí donde aparece la Gloria, en el juego del desmontaje monstruoso.

“Quiero convertirme en un gigante lleno de belleza y vulnerabilidad que explota como un ptzeta”.