Un deseo de mi infancia que me ha acompañado durante todos estos años y que ha ido creciendo y es ahora que siento la necesidad de hacerlo posible y compartirlo: revisitar y reescribir “Córdoba” de Isaac Albéniz. Atravesarlo con la perspectiva en la que estoy ahora con mis experiencias, mis intereses actuales y pasados. Miles de referencias de antes y de ahora conforman una danza hipnótica, contemplativa, misteriosa, que atrapa y desafía. Que te invita a esperar a que las cosas sucedan, sin prisa, a disfrutar de un viaje y una vez allí desaparecer como el polvo.