Let sleeping dogs lie
Un retrato visceral de una mujer encarcelada entre la memoria y las remoniciones. Una exploración sobre el dolor, la pérdida, las ansias de conocer el mundo, el amor y la familia. A través de reflexiones sobre temas personales que canalizan hacia la esfera pública; En escena se crean fragmentos narrativos, buscando imágenes evocadoras de belleza y poder emocional. No es la intérprete en el mundo sino el mundo de dentro que está siendo presentado. Dentro de ella es dónde todos los cambios están sucediendo.
El escenario se convierte en una instalación y los detalles en escenografía. Roger Marín es el responsable de la creación del mundo sonoro de la pieza.