MIS ALEGRÍAS es un acto de provocación sutil, aparentemente invisible, donde la posibilidad de fracaso siempre está presente. Impulsado por todas esas horas de práctica que no tienen aparentemente formas productivas pero que contiene el juego del artista. Este solo recoge un constante diálogo con la intimidad, con aquello que no hubo atrevimiento de sacarlo a escena, hasta día de hoy, con la mirada inconforme, el riesgo, sus juegos, sus miedos, sus valores…  MIS ALEGRÍAS no es un cuadro flamenco, es una mirada, sin más.